Te invito a gestionar un proyecto


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¿Qué nueve de cada diez alumnos finalicen el bachillerato no es algo soñado por cualquier distrito, región o país? Pues son las cifras que está logrando La Asociación Alianza Educativa por Colombia. Aprender contra todo pronóstico parecía ser su lema, tiene sus objetivos puestos en las altas expectativas de sus estudiantes premiando el esfuerzo de las y los estudiantes que mutuamente comparten para hacer realidad sus proyectos. Esta sociedad formada por un equipo de profesores y directores de colegios privados demuestra que, tomando las decisiones adecuadas, es posible lograr calidad e innovación; decisiones que dependen de cambios cualitativos, referentes a la metodología que ocurre en el aula. Por ejemplo, los más pequeños se mueven en el herbario y categorizan las partes de cada planta para más adelante presentar un producto relacionado con las principales cualidades de estas, y a su vez debatir para decidirse por una infusión medicinal, un cosmético, un perfume o el relleno para un nuevo modelo de almohadones. En las aulas de educación física se prepara un musical en el que cada grupo de estudiantes tiene un rol de interpretación bien definido. En otra clase trabajan en la comprensión de los motores y la generación de energía. La clase se divide en grupos y desmontan un motor por partes. Cada grupo es responsable de una de esas partes. Además, están siendo ayudados por las maquetas de Lego Education, para montan su propio motor eléctrico.

Cambios que tal vez te parezcan un sueño utópico, muy lejos de realizarse, pero no son los recursos la esencia del aprendizaje, si lo es el aprendizaje basado en proyectos.

Este es una metodología educativa que integra contenido curricular con problemas o desafíos basados en experiencias reales y prácticas sobre el mundo, sobre el entorno de la escuela o sobre la vida cotidiana. Esta metodología se desarrolla siguiendo una secuencia didáctica determinada en forma de proyecto, programada de antemano por el profesor; donde los estudiantes son los protagonistas trabajando activamente en equipos; y que culmina con la presentación final de un producto, aunque la evaluación continua haya estado presente a lo largo de todo el proceso. Esta metodología sitúa al estudiante como protagonista de su propio aprendizaje, permitiéndole enfrentarse a desafíos, resolver problemas y trabajar con sus compañeros en un entorno autónomo, pero organizado y con un profesorado que asesora y evalúa durante todo el proyecto.

Entonces, si la esencia no son los recursos, sino que lo es el proyecto ¿Qué puedo hacer yo desde mi aula? Comienza por descubrir la belleza del currículo, pregúntate

¿Cuál era tu asignatura favorita en el colegio? ¿Por qué? ¿Qué era lo que más te gustaba? ¿Y en el presente? ¿Qué creaciones culturales existen gracias a este conocimiento? ¿Qué maravillas, productos, inventos o descubrimientos son los más destacados? Volcá todas las respuestas en tu diseño de aprendizaje, en los proyectos, y muéstralos a las y los estudiantes. Si quieres despertar pasión, deja que conozcan tu propia pasión por la belleza de los contenidos curriculares. Diseña experiencias de aprendizaje en las que tú seas el primero en disfrutar aprendiendo. Aprende mientras enseñas.

La historia es arte y literatura, la biología es física y química, la informática son matemáticas y lenguaje, el lenguaje es comunicación en lenguas propias y extranjeras... La realidad no vive compartimentada y el futuro profesional de nuestros estudiantes tampoco lo será. Conecta realidades y empieza por programar un proyecto en parejas con ayuda de otras y otros profesores.

Organiza una muestra con los productos de los proyectos o con la documentación que muestre su desarrollo, para transmitir que el proyecto educativo está vivo en el día a día. Rediseña tu escuela como espacio de exposición de su identidad y como prueba efectiva del aprendizaje. Y que los guías sean los propios estudiantes explicando su aprendizaje.

Añade un desafío que dé sentido a toda la programación, un producto para presentar al final que se elabore en distintas actividades, y procura estar muy atento al trabajo cooperativo.

La mayoría de las personas no cuestionan las evidencias, no van más allá de lo obvio, no ven el lado oculto de las situaciones, no piensan diferente al menos por un tiempo, ni aprovechan todas las oportunidades que inciten a la reflexión. Por ello, para que las y los estudiantes aprendan, hay que asegurar que se desarrolle en el aula una cultura del pensamiento, que a través del trabajo se disponga la indagación, la curiosidad, el juego de ideas y el análisis de temas complejos. También debemos asegurarnos:

  • Dedicar tiempo curricular para que los estudiantes puedan pensar y resolver las propuestas del profesor. Se debe brindar a los estudiantes suficiente tiempo y respetar las diferencias individuales, para que esta variable no sea limitante en su producción.
  • Proponer a los estudiantes actividades auténticas, donde puedan poner en práctica, desarrollar diferentes procesos cognitivos e implicarse en las distintas tareas.
  • Implementar en el aula un lenguaje del pensamiento, donde se puedan denominar, describir, distinguir los distintos procesos cognitivos y reflexionar sobre los mismos.
  • Permitir la creación de distintos modelos de pensamiento hará que los estudiantes compartan sus ideas, intercambien puntos de vista y los discutan, de esa manera se van desarrollando entre todos.
  • Crear un ambiente emocional de confianza donde cada uno puede decir lo que piensa y se promueva el respeto por las ideas del otro, mostrar así sus fortalezas y sus debilidades.
  • Establecer un ambiente físico, como puede ser de forma especial el aula, el laboratorio o el taller, para estimular la cultura del pensamiento.
  • Establecer un “menú” u “orden del día” para que los estudiantes conozcan los objetivos de aprendizaje, ir focalizándose en qué aspectos debe pensar y conocer qué espera.
  • Proponer rutinas, que ayudan a estructurar, ordenar y desarrollar distintas formas de pensamiento en el proceso de aprendizaje y que promueven la autonomía de los estudiantes.
¿Hay distintos tipos de rutina? Si y te sugiero una de ellas, la que más interés despierta en mí. Una rutina que podrá ayudar a “hacer visible” el pensamiento, será generando preguntas provocadoras que incentiven el pensamiento. Así como las preguntas que se han dado a lo largo del texto despiertan la curiosidad del lector, el desarrollo de preguntas ayuda a los estudiantes a pensar y llegar a la complejidad y profundidad de un tópico, es decir, alentar su curiosidad y aumentar así su motivación a indagar.

Esta estrategia puede ser usada cuando se introduce un nuevo tópico, para ayudar a los estudiantes a generar un sentido de amplitud sobre el mismo. También puede ser usada cuando se está terminando, como una forma de mostrarles cómo el conocimiento que adquirieron del tema, los ayuda a crear preguntas mejores y más interesantes. O de forma continua para ayudar a la clase a hacer visible la evolución que han tenido los estudiantes con respecto a la lista de preguntas.

Antes de la lista, podemos interrogar a los estudiantes sobre “¿qué hace a una buena pregunta?” o también a los estudiantes que terminaron de generar preguntas, podemos proponerle que las use para hacer más investigación, plantearle una discusión sobre algunas, brindarles información para leer sobre el tema, invitarlos a indagar por otros medios.

¿Cuál será el resultado después de aplicar estos pasos? Has creado un proyecto. Un proceso de aprendizaje significativo para el estudiante, donde el aprender es una modalidad de hacer, no se remite a entender y memorizar, sino a investigar, seleccionar información, discutirla, aplicarla, errar, corregir, ensayar. Lograrás que el conocimiento no sea de posición exclusiva del docente, sino del resultado de un proceso de trabajo en conjunto. El estudiante le encontrará sentido a lo que está aprendiendo desde su participación activa, mejorará su motivación, su interés y su actitud frente al proceso de aprendizaje, evidenciando así mejores resultados.

Si querés saber más del tema, te dejo el siguiente enlace en dónde Mariana Maggio, doctora en Educación y dirigente de la Maestría de Tecnología Educativa de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, nos responde ¿Cómo se construyen los aprendizajes en el marco del aprendizaje basado en proyectos? Haciendo un pequeño guiño a la pedagogía crítica y la pedagogía del oprimido, temas muy interesantes para estudiar.

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Fuentes consultadas:

-Una propuesta posible para la organización de la enseñanza por Proyectos, por 2da Jornada Laboral, ABC, 25 de Febrero del 2019.

-Rutinas de pensamiento: Aprender a pensar y pensar para aprender…

-‘El Viaje a la Escuela del siglo XXI’, de Alfredo Hernando















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